Viajera

Lleno. Vacío.

Mi existencia es un ascensor infernal.

Paraíso. Infierno

Mi ser no sabe lo que es estar en el medio.

Sin sentido.

Arriba. Abajo.

Al ritmo desenfrenado de cervezas que chocan y de vino que salpica,

De carreras a perder el aliento,

De encuentros que esfuman la razón,

De busca perpetua de placer en los barrios de mala muerte,

Y entre las estrellas.

Parpadeo.

Día. Noche.

Me desvanezco.

Quema. Moja.

Me pierdo.

Calor. Frió.

Entre la nada,

Y el todo.

Borre mis cinco sentidos,

Y los volví a inventar.

Y todo se hizo mas hermoso,

Tremendo, Peligroso,

Maravillosamente intenso.

Cuantas veces he caído.

Cuantas veces he querido ir mas alto.

El humo se transformo en orgasmo,

Y grite.

Grite para que el mundo entero se entere,

De toda la sabiduría ancestral,

Y de que yo era viva,

Y que la vida y la locura penetraron para siempre mis entrañas,

Y que nunca hubo vuelta atrás.

Que nací para recibir los mordiscos violentos del sol,

Y el cariño maternal de la luna.